La fundación de Maldonado

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En 1755 el entonces gobernador de Montevideo José Joaquín de Viana instaló a los primeros trece vecinos en las inmediaciones de la Laguna del Diario, dando origen a la población de Maldonado. Constituyó éste el núcleo inicial de nuestra ciudad.

Escrito por:

Fernando Cairo
José Joaquín de Viana
Fotografía: ©
Fernando Cairo

En dicho lugar -denominado Rincón del Diario- existían buenas tierras para el cultivo, pasturas para los animales, agua y leña abundante

La mayoría de los pobladores primigenios fueron soldados retirados que se instalaron con sus familias, levantaron sus viviendas (modestos ranchos de paja), sementeras y una capilla provisional. Ellos fueron: Juan de Dios, José Vivar, Francisco Pérez, Antonio Alanís, Isidoro García, Mateo Moleras, Diego Sánchez, Bartolomé Jaime, Manuel Franca, José  Brioso, Benito Brioso, Francisco Moreno y Nicolás Tornioli.

Al gobernador Viana le preocupaba el continuo y amenazante avance portugués hacia el Río de la Plata. Estaba convencido que era necesario poblar efectivamente los territorios ubicados al este de la plaza-fuerte de Montevideo. Sólo estableciendo colonos permanentes -fieles a España- se evitaría el avance portugués. El 25 de septiembre de 1751 elevó un primer informe al virrey del Perú en el cual aconsejaba poblar y fortificar el puerto de Maldonado. El 16 de julio de 1754 elevó directamente un oficio al rey en el que le propuso fundar  dos poblaciones; una en el puerto de Maldonado y otra en las sierras de Minas. De esa forma se establecía un “antemural de defensa” o protección a Montevideo.

Pasado un año de elevada su carta al rey, como la respuesta del monarca no llegaba y, pese a que carecía de atribuciones jurídicas para fundar pueblos, en decisiva determinación comenzó los actos poblacionales antes referidos.

En 1757 Viana cambió el emplazamiento del primitivo asentamiento, estableciéndolo en un lugar más alto y próximo al puerto, efectuó el reparto de tierras y la delineación del poblado, que estuvo a cargo del ingeniero Francisco Rodríguez Cardozo. También en ese año incorporó al núcleo poblacional inicial a siete familias indígenas traídas de las Misiones Jesuíticas.

Resulta interesante e ilustrativa una declaración que, respecto del primitivo emplazamiento de la población,  hizo en el expediente de construcción de la iglesia de Maldonado, el andaluz Benito Brioso en 1799, ya anciano:   «…Que en el año de mil setecientos cincuenta y cinco vino de Poblador a este destino juntamente con otro su hermano y otras familias remitidas para el efecto de poblar por el señor Viana, con lo cual se formó el pueblo como a una legua de distancia de donde está  en el día en el paraje en que se halla hoy la caballada del Rey del Diario cerca al Portezuelo que llaman de la Ballena, en donde hicieron sus ranchos y una Capilla provisional todo de paja, en cuyo paraje se mantuvieron como cerca de dos años en que habiendo venido dicho Señor Viana como a fines del año siguiente de cincuenta y seis, les dijo debía mejorarse la situación del Pueblo poniéndolo en mejor terreno, y acercándolo cuanto fuese dable a este Puerto para su respectivo resguardo lo cual se verificó inmediatamente señalando, y delineando Población donde hoy existe en la cual hicieron cada uno sus ranchos para su correspondiente habitación y seguidamente se hizo por los mismos Pobladores una capilla Provisional en el mismo Paraje en que está la que hay en el día por ser el terreno que se señaló para Iglesia…»

Hacia 1759, según relata el Brigadier Tomás Hilson, Maldonado contaba con una capilla con techo de teja, veintidós ranchos de paja y veintiocho vecinos pobladores.

Surge de lo expuesto que Maldonado no tuvo un proceso fundacional con arreglo a las Leyes de Indias, entonces imperantes en América. No existió Acta Fundacional ni acto formal alguno. El reconocimiento Real se produjo con posterioridad, cuando se creó el cabildo en 1784.

Efectivamente , el 6 de julio de 1784, en oportunidad que el virrey Nicolás del Campo, Marqués de Loreto, resolvió acceder a la petición del vecindario, reconocer su calidad de ciudad y crear el cabildo, y expresamente ordenó para que la gobierne “…bajo del nombre de San Fernando…” Quedaba entonces consagrado oficialmente el nombre de nuestra ciudad: San Fernando de Maldonado.

Fue precisamente el cabildo de la ciudad que en sesión del 2 de mayo de 1787 ratificó esa designación “…que se reconozca como patrón de esta ciudad a San Fernando, día 30 de mayo, y que este día sea de precepto en esta ciudad y su jurisdicción. En este día se diga Misa solemne y capitular con sermón…”.

El 15 de marzo de 1799 se reunió el pueblo de Maldonado en cabildo abierto y confirmó la decisión de 1787, “…y todos a una voz expusieron que nombraban y nombraron al señor San Fernando por real y verdadero patrono titular y tutelar de esta ciudad y su jurisdicción, el que reconocerán y tendrán por firme hasta la consumación de los siglos, sin que jamás puedan ni mudar ni variarlo, ni imponer otro en su lugar atendiendo el mucho afecto que le tienen y singularísima devoción que le profesan por sus elevados méritos y copiosa protección a su ciudad…”

Finalmente se cumplió con el homenaje al rey Fernando VI de España, soberano al momento de la fundación de la ciudad, y se escogió a un santo de su mismo nombre como forma de rendirle fidelidad y vasallaje.

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Categorías: Personajes y Lugares
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